Wenn die Muttersprache nicht die Sprache der Mutter ist

Por María Pinto

Estamos hablando de los muchas veces mal llamados inmigrantes de segunda generación, que en realidad nunca fueron inmigrantes. Nacieron y crecieron en Alemania, hablan perfectamente el idioma y conocen las costumbres alemanas. Para muchos de ellos la dificultad está en mantener la identidad cultural que heredaron de sus padres. Y la clave pasa por el idoma, que no se adquiere ni mucho menos de forma automática.

«Ponte la chaqueta»,«Mir ist nicht kalt», «Te vas a enfermar y no vamos a ir al cumpleaños», «Oh, Mama… Aber keine Mütze». Este es el día a día de la mayoría de las familias de la Asociación Cultural de Habla Hispana de Nürnberg. Son familias mixtas con uno de los progenitores alemán y el otro de habla hispana, sus hijos han nacido en Alemania y su primera lengua, a pesar de que han oído el español desde la cuna, es el alemán. Y es que el segundo idioma no se adquiere de forma automática: el peso del entorno es demasiado grande. Los niños comprenden el español, pero prefieren expresarse en el idioma en el que se siente más seguros que es el alemán. Para los padres, que han tratado de transmitirles el español desde el nacimiento, resulta triste que sus hijos no puedan comunicarse con sus propios abuelos cuando van de vacaciones a su país. Es complicado transmitir a los niños la identidad cultural, si no pueden vivir la cultura de primera mano, si necesitan un traductor.

Hace diez años, un grupo de padres conscientes de está problemática fundó en Núremberg la Asociación Cultura de Habla Hispana. Se trata de una asociación sin ánimo de lucro que tiene como objetivo brindar a los niños la oportunidad de aprender el idioma y de tener contacto con otros niños que crecen en un entorno bi-cultural igual que ellos. La iniciativa ha sido todo un éxito. Cada vez más familias quieren unirse al proyecto y las fiestas anuales de Navidad o del día de Muertos organizadas por la asociación reciben muchos visitantes, no solo hispano hablantes, sino también alemanes o de cualquier lugar del mundo, porque la Asociación pretende ser un lugar abierto y multicultural, tal y como lo son sus hogares.

La Asociación ha recibido desde su fundación el apoyo logístico de la Misión Católica de Habla Hispana de Nürnberg, que ofrece todos los domingos una misa en espanol en la parroquia St. Wolfgang. «Queremos agradecerles su apoyo desde el inicio», dicen las madres y padres de la Asociación, que tienen claro que la clave del éxito es el trabajo en equipo y animan a otros inmigrantes a seguir su ejemplo y transmitir activamente su lengua. Después de diez años, el mensaje positivo que quieren lanzar entre tantos negativos que se escuchan sobre la inmigración, es que es posible integrarse completamente en la sociedad alemana sin perder la identidad cultural propia.